miércoles, 10 de abril de 2013

AY MAAAAMA 3.0.


Estaba harto de los mensajes reiterativos de su madre, de las miles y miles de veces que le repetía que recogiera su habitación y todo el tostón que le daba. Pero por fin había descubierto la solución a todos sus problemas.

Con la nueva actualización para I-Mom “UNAYNOMÁS” en lugar de oir veinte veces “cómete la sopa” sólo tendría que oir “cómete la sopa/20.iteración”. Y lo mismo servía para “tómate un yogur que necesitas calcio/6.iteración”, “tienes que comer más fruta/14.iteración”, “a ver si dejas de fumar/87.iteración”, “con lo que te quiere tu madre/10 a la 257.438.000.iteración”.

Con este invento hasta veía viable echarse novia. ¡¡2084 iba a ser un año memorable!! ¡La pena es que aún fuera el 2013! En ese momento lo decidió: Si aprobaba Selectividad se matricularía en la Facultad de Informática.

Entonces entró su madre sacudiéndole con un “¡Deja la consola y ponte a estudiar que mañana tienes exámen/0.iteración....error....error...error...dato no computable!”

lunes, 18 de febrero de 2013

OMNISCIENTE PERO MENOS

Cuando despertó todo el mundo se había ido a dormir. Esto le pareció notablemente extraño, de modo que esperó pacientemente, durante horas y horas, hasta que el sueño sobrevino otra vez. En sus sueños todo el mundo estaba despierto y activo, la vida se derramaba frenética por doquier; la sonrisa daba paso al llanto, este al grito, y aquel a su vez al mohín, el otro a la queja, esta al estremecimiento, toda la cadena trófica de las emociones agolpándose en un lugar que no dormía jamás. La cosa es que tanta actividad resultó tan placentera como extenuante. Nuevamente se dejó llevar por el sueño. De qué paso después cuando despertara en el sueño de un sueño, nada sé. Para mí que desapareció en una sima literaria, sea como fuere mi omnisciencia no da para más.

viernes, 11 de enero de 2013

Noche de paz, noche de horror


¿Quién te mira tras el espejo? ¿Recuerdas la  lívida calavera de ígneas astas coronada?  Diez, nueve…  En la distancia clava sus ojos impíos en tu alma, y su fulgor te hiela la médula…  Ocho… En lo profundo de ese pasillo poseído por la oscuridad, en el umbral de tu infancia tus miedos cervales confabulan  en lenguas inveteradas, proscritas. Siete, seis…  Responden tus quedas preguntas con siniestras ecolalias depredadoras del silencio…  Seis…  ¿recuerdas? Tu cama acechada por espectros viciosos,  mientras ojos horripilantes cuajan las paredes? Seis, cinco… Jamás has osado cruzar la noche de aquel lugar sin conjurar la luz; tu infancia la devoró esa pavorosa imagen, y los horrores que trajo consigo… Cuatro, tres…  Pero al fin, aquella navidad, todo cambia. Coge nuevamente  tu lámpara y abre una grieta en la negrura de aquel corredor. Dos… Tus compañeros cantan en el piso inferior  “Santa’s comming to town”.


-¡¡…nnNono  cruzé!!



- ¡Está entrando en shock!



- Gaspar, limítese a garantizar que las cinchas están apretadas. Sé lo que hago… Uno, sigues por el pasillo.



-Nnnoooo.



- Alcanzas el espejo,  los ojos del engendro absorben tu mirada, hasta que horrorizado comprendes. Desde el otro lado  la canción continúa… Santa is coming, Santa’s ¡SaTAN!



-Ahhrggg.



- ¡Dios mío, doctor está atrapado, no podrá volver!


- Precisamente, jamás debe volver, ahora sabe quién es realmente.

miércoles, 12 de diciembre de 2012

El rayo destructor


Aún guardo en mi retina esa fotografía  de aquellos jóvenes impresa en blanco y negro en el couché de mis recuerdos. Su historia –dicen– fue una tragedia, un espanto; estarían enfermos ¡no!, ¡aquello fue distinto!
Comenzó una tarde en aquella esquina del viejo edificio de la facultad donde cada tarde se citaban. Una mirada, un beso y el mundo se suspendía, sólo el otro existía.  Pero aquella tarde, cuando sus bocas se alimentaban la una en la otra, ella notó –algo–un resplandor, un fuego helado recorriendo su espinazo; no te ama, sus besos son para otra.   Por un momento, una hebra imperceptible de tiempo apartó sus labios de los de él. Después, siguió besándole como siempre. No dijo nada. El percibió la duda, la negación en los ojos de ella. Tampoco dijo nada.
Aquel fulgor reapareció, aleatoriamente al principio, incesantemente después. Ella pasaba las noches en vela;  no me ama, sus promesas están vacías… El golpeaba con sus puños las mañanas, maldiciendo al mundo por perderla. Jamás dijeron nada. Unas palabras sin sentido escritas en tinta roja.
Pero sé, aquel rayo destructor que vi entonces no cesará, aquella visión –horripilante guadaña espectral– sigue su camino, otro corazón quizás aguarde.

martes, 6 de noviembre de 2012

Y de postre un reintegro


Huelga decir que vamos a interponer recurso de suplicación…
Ajá, ¿Qué hay de postre?
Prueba el tiramisú de caramelo, es espectacular… Como te iba diciendo la empresa claramente ha hecho omisión de la conciliación previa. Presentándolo en plazo –te recuerdo eso sí que tenemos hasta el martes– deberíamos conseguir el reintegro total de esos doscientos veintisiete mil doscientos siete, o tu retorno inmediato a la junta.
Realmente soberbio.
Es una especialidad de la casa. Finas capas de chocolate al caramelo, mousse de queso con un toffe de café…
Me refería a tu trabajo, letrado.

El vuelo del Architeuthis


—Architeuthis Magna V, flota interestelar Novæuropa, solicitando permiso para aterrizar —comentó Edwin Zabala mecánicamente jugueteando con la consola olográfica—.

—Aquí Península Canaria. Permiso concedido: pista Bravo-Siete. Bienvenido a casa capitán.

Zabala suspiró reclinándose hacia atrás, meditativo, volvió a pensar en Karla, en ese “estoy embarazada” que le alcanzaba apenas concluida la primera jornada de viaje durante el repostaje en Orion. Semanas previas a partir su relación se desintegraba y se ofrecía voluntario para la misión del milenio. Mi vida alcanzando la velocidad de la luz— se dijo.

Tras diecisiete jornadas de crucero hiperespacial alcanzaba el sistema de los tres soles y Gaia, planeta habitable, calco de nuestra tierra, pero inopinadamente yermo, vacío de toda existencia, mera colección de lienzos cuajados de océanos estériles y bosques pétreos, animados por sombras flamígeras proyectadas por la magnificente tríada de esferas que coronaban sus días.

Tras el comité de bienvenida, camino a su terminal, le detuvo una aseveración — ¡una experiencia que vale por toda una vida! —. Al girarse, en aquel encorvado anciano quiso ver a su difunto padre… y el vacío que encontrara en Gaia se expandio en su pecho… — Quizás La mía, la tuya, nunca hijo mío —musitó.

viernes, 26 de octubre de 2012

Un timo de libro

De la rutina insípida de su oficina saltó inexplicable e instantáneamente al mismísimo océano en un yate de lujo de su propiedad –por supuesto- y no, no era un maldito sueño. ¡Había pasado! ¡Aquel libro realmente funcionaba! Sólo tenía que creer en algo con todas sus fuerzas y zas… toma bote, toma daikiri de plátano, toma morenaza… pero espera… -plaf- una bofetada de daikiri en la cara, …si no hay capitán -splash- una ola de cuatro metros que le tira de cubierta. Y ahí está Ramiro, hombre al agua en plena tormenta, debatiéndose: sé nadar, sé pilotar… ¡Ramiro! ¿libros de autoayuda? Mejor véndele tu alma al Diablo.